Sunday, March 29, 2009

GABRIEL GARCIA MARQUEZ


CUANDO EL OJO APRENDE A VER, A OLFATEAR Y LA PIEL A ESCUCHAR, SABE DESCUBRIR FRENTE A SI: LOS SALUDOS DE LA VIDA.

GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ. Apunte biográfico . Por Olga Martínez Dasi.

“He sido capaz de escribir porque Mercedes llevó el mundo sobre sus espaldas”

“El secreto de la felicidad es hacer sólo aquello con lo que uno disfruta”.

Gabriel García Márquez nace el 6 de marzo de 1928, en Aracataca, un pueblo de la costa atlántica colombiana.

“Gabo”, como se le conoce cariñosamente, fue el mayor de una familia numerosa de doce hermanos, que podríamos considerar de clase media: Gabriel Eligio García, su padre, fue uno de los numerosos inmigrantes que, con la “fiebre del banano”, llegaron a Aracataca en el primer decenio del siglo XX.. Su madre, Luisa Santiaga Márquez, pertenecía, en cambio a una de las familias eminentes del lugar: era hija del coronel Nicolás Márquez y de Tranquilina Iguarán, que no vieron con buenos ojos los amores de su hija con uno de los “aventureros” de la “hojarasca” (como se llamaba despectivamente a los inmigrantes), que desempeñaba el humilde oficio de telegrafista. Por eso, cuando tras vencer múltiples dificultades, Gabriel Eligio y Luisa Santiaga consiguieron casarse, se alejaron de la familia y se instalaron en Riohacha. Sin embargo, cuando tenía que nacer su primer nieto, sus padres convencieron a Luisa Santiaga de que diera a luz en Aracataca. Poco después Gabriel Eligio y Luisa Santiaga regresaron a Riohacha, pero el niño se quedó con sus abuelos hasta que, cuando tenía ocho años, murió el abuelo, al que García Márquez consideró siempre “la figura más importante de mi vida”.

De esos primeros ocho años de “infancia prodigiosa” surge lo esencial del universo narrativo y mítico de García Márquez, hasta el punto de que, con alguna exageración, ha llegado a decir: “Después todo me resultó bastante plano: crecer, estudiar, viajar... nada de eso me llamó la atención. Desde entonces no me ha pasado nada interesante”. Lo que sí es cierto es que los recuerdos de su familia y de su infancia, el abuelo como prototipo del patriarca familiar, la abuela como modelo de las “mamas grandes” civilizadoras, la vivacidad del lenguaje campesino, la natural convivencia con lo mágico... aparecerán, transfigurados por la ficción, en muchas de sus obras ( La hojarasca, Cien años de soledad, El amor en los tiempos del cólera ...) y el mundo caribeño, desmesurado y fantasmal de Aracataca se transformará en Macondo, que en realidad era el nombre de una de las muchas fincas bananeras del lugar y que según unos alude “a un árbol que no sirve pa un carajo” y según otros “a una milagrosa planta capaz de cicatrizar heridas”.

2 comments:

  1. GRACIAS ENNIA por compartirnos esta imagen... además de traer el espíritu de Gabo al taller.
    Su saludo trajo sustancia a la clase y a mi personaje.

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  2. contigo como "fondo" este pasado viernes, día internacional del libro, tuvieron mis muchachos un día de lectura por parte de sus papás, a 3º los enganché con : "tu rostro de sangre sobre la nieve", gracias comadre por compartir...., saludos a todas!!!

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